La diversidad viene con la naturaleza humana, de ninguna manera puede ser un problema ni entenderse como tal, ni siquiera como un desafío. Negar la existencia de la diversidad es simplemente no comprender la naturaleza de los individuos y las comunidades con que vivimos.
Sin embargo, la diversidad por sí sola no es suficiente. Es fundamental fomentar una cultura inclusiva que celebre y valore la diversidad. Esto implica adoptar políticas y prácticas que promuevan la igualdad de oportunidades, la equidad salarial y la promoción basada en el mérito. También implica fomentar la educación, la sensibilización sobre la diversidad y combatir cualquier forma de discriminación o prejuicio.